El teatro de La Avellaneda se ha calificado como romanticismo ecléctico, ya que incluye, además de cualidades del Romanticismo de su época (una trama basada en la historia nacional, por ejemplo), características neoclásicas. La obra transcurre en cuatro actos de “Alma Romántica, al estilo Clásico” y se estrenó en Madrid en 1844 alcanzando gran popularidad. Basado en el alcalde de Toledo del siglo XII, el personaje de Alfonso Munio es un héroe trágico al estilo clásico griego–un hombre de alta posición social que comete un error irremediable.
El padre mantiene una relación muy estrecha con su hija Fronilde. Esta cercanía es palpable por ejemplo, a través de la pérdida de la noción del tiempo que expresa en compañía de su amada hija: “Confesaré, …, que embelesado/Con el cariño de mi hima,/De la mañana rápidas volaron/Las horas…de tal modo, que de pronto/ Vi sorprendido, al sol tocar su ocaso (Gómez 33 citada en 828)
La dulzura con que Gertrudis llega a desarrolla esta relación hace que el impacto emocional sea mayor cuando, por un error del destino, el amor entre padre e hija sea violentamente destrozado. Pues al enamorarse la joven del príncipe Don Sancho de Castilla que por causas de Estado está comprometido con Doña Blanca de Navarra, se desata una serie de eventos que llevan la trama hacia la tragedia.
En una escena que mezcla un lenguaje cargado de pasiones al estilo Romántico y el uso de el Destino como fuerza omnipotente al estilo clásico, Fronilde siente la miseria que se avecina: “…la turbada mente que imagina/Ver por doquiera fúnebres presagios!/Ese cielo tan lógobre, tan triste.” (Gómez 9 citada en 825)
Cuando el príncipe logra anular su compromiso con Blanca, corre entusiasmado a su amada con la feliz noticia. Pero al verlo saliendo del cuarto de Fronilde, Alfonso (que desconoce de los acontecimientos) comete el más fatal de los errores. Asesina a su querida hija.
Desconsolado, el padre acude a un arzobispo para que este le administre el castigo que merezca. Consecuentemente, Alfonso es condenado a pelear contra los moros hasta que él también encuentre la muerte.
Se ha opinado que el crimen no es cometido impulsivamente, que Alfonso Munio decide que el asesinato de su hija es preciso para proteger las relaciones políticas de la patria. No solo ha encontrado a su hija con un hombre que ya está comprometido, sino a un príncipe, lo que podría terminar en una guerra civil entre Castilla y Navarra. (829)
He aquí otro instante en que Gertrudis nos obliga a ver, como lo hizo anteriormente en su novela antiesclavista Sab, el lado oscuro de las instituciones que estructuran el organismo gobernante. Esto sugiere que el objetivo de Gertrudis no se limita al entretenimiento popular, sino también a la crítica política-social.